LA FERTIRRIGACIÓN CENTRALIZADA Y LA AGRICULTURA ECOLÓGICA

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La fertirrigación centralizada es una herramienta clave para la eficiencia hídrica y la optimización de recursos en las comunidades de regantes y entidades de riego de la Comunitat Valenciana. No obstante, su aplicación en el marco de la agricultura ecológica plantea retos y oportunidades que requieren un enfoque técnico y normativo adecuado para garantizar su viabilidad.

Este sistema permite la aplicación homogénea de agua y nutrientes a los cultivos, mejorando la eficiencia en el uso de fertilizantes y reduciendo las pérdidas por lixiviación. En nuestras tierras, donde los recursos hídricos son limitados y la agricultura desempeña un papel fundamental en la economía, se ha convertido en una solución indispensable para una gestión sostenible del agua.

Así mismo, la agricultura ecológica ha experimentado un importante crecimiento, contando con una superficie certificada que ha alcanzado las 139.353 hectáreas. Esto supone un incremento del 9,2 % respecto al año anterior y coloca a la Comunitat Valenciana como la cuarta comunidad autónoma de España con mayor número de operadores ecológicos, por detrás de Andalucía, Castilla-La Mancha y Cataluña.

La Conselleria de Agricultura y Agua de la Generalitat Valenciana ha resaltado recientemente que el sector ecológico es uno de los pilares del futuro de nuestra agricultura y que van a seguir impulsando su desarrollo, aplicando políticas y ayudas para apoyar tanto a los regantes como a las empresas que apuestan por la sostenibilidad.

Desafíos y oportunidades

Uno de los principales desafíos para compatibilizar la fertirrigación centralizada con la agricultura ecológica es la selección de fertilizantes permitidos por la normativa ecológica. En la agricultura convencional, se utilizan fertilizantes de síntesis que pueden ser aplicados con facilidad mediante estos sistemas, mientras que en la producción ecológica deben emplearse insumos naturales como compost, estiércol líquido, extractos de algas o biofertilizantes autorizados.

Además, la infraestructura de fertirrigación centralizada suele estar diseñada para la distribución de soluciones fertilizantes uniformes a todos los agricultores que forman parte de una comunidad de regantes. Esto puede generar dificultades cuando algunos de ellos practican agricultura ecológica y requieren insumos diferenciados.

Por ello, para lograr una coexistencia eficiente entre la fertirrigación centralizada y la agricultura ecológica, es necesario implementar estrategias adaptativas como la separación de redes o sectores, diseñando infraestructuras que permitan la distribución de soluciones fertilizantes diferenciadas para cultivos convencionales y ecológicos; uso de abonos orgánicos; sistemas de dosificación individualizada que permitan la aplicación personalizada de nutrientes en parcelas específicas dentro de la comunidad de regantes; diferentes turnos de riego; formación de agricultores sobre las mejores prácticas en la gestión conjunta de la fertirrigación y la producción ecológica; y colaboración con instituciones y entidades de certificación, fomentando el diálogo entre comunidades de regantes, administraciones y organismos certificadores para garantizar el cumplimiento de la normativa ecológica.

Desde la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunidad Valenciana (FECOREVA) estamos colaborando con la Universitat Politécnica de València (UPV) en el desarrollo del proyecto VISONARY, que tiene como objetivo caracterizar y asignar importancia relativa al amplio conjunto de factores que influyen en las decisiones de los regantes a la hora de adoptar, mantener o abandonar sistemas agrarios ecológicos, así como determinar la forma de configurar y utilizar los que actúan como impulsores para superar los obstáculos que aparecen en los diferentes procesos del día a día.

Así, la compatibilización de la fertirrigación centralizada con la agricultura ecológica es un reto factible si se implementan soluciones técnicas y organizativas adecuadas. La colaboración entre agricultores, comunidades de regantes y administraciones públicas es imprescindible para impulsar una gestión sostenible y eficiente de los recursos hídricos, promoviendo una agricultura que combine productividad, respeto al medio ambiente y cumplimiento del marco normativo ecológico.